jueves, 1 de junio de 2017

Los suevos en Hispania

En 409, penetraron en Hispania, atravesando el Pirineo Occidental, serían unos 30.000 en total, de los cuales 8.000 serían guerreros. Estos pueblos asolaron el norte de la península, hasta que en 411 suevos y vándalos asdingos se asentaron en la provincia de Gallaecia, firmando un pacto (foedus) con el emperador Honorio por el que el territorio se convertía en federado de Roma como regnum (reino) y estableciendo su centro político en Bracara Augusta (actual Braga, en Portugal).
Debido a su escaso número, los suevos vivieron siempre agrupados. El área territorial del reino de los suevos, así como su centro de gravedad, fueron variando con el tiempo. En un principio, el grueso de la población sueva se cree que se asentó entre la desembocadura del Duero y la ría de Vigo.
La ocupación de Hispania por los bárbaros, era una amenaza para Roma, con la pérdida de la Bética y con los bárbaros al borde de la rica África del Norte, y para los visigodos, que bloqueados y sin víveres y con un grave conflicto político y sucesorio abierto tras el asesinato de Ataulfo.
El nuevo rey de los visigodos, Valia, decidió ponerse entonces al servicio de Roma, necesitaba liberar la Bética, de ese modo, en 416 dejó a los no combatientes en Barcino (Barcelona) y sus alrededores, y se dirigió primero contra los los vándalos silingos de la bética, a los que derrotó en una sangrienta batalla, haciendo prisionero a su rey Fredbal que fue enviado a Roma. Después se dirigieron contra los alanos, a los que destrozaron matando a su rey Ataces, no nombrando otro rey, sino que se sometieron a Gunterico, rey de los vándalos de Galaecia. Dejando así bloqueados a vándalos asdingos y suevos en la Gallaecia. Valia habiendo cumplido lo pactado, se retiró con los visigodos al sur de Francia.
Tras la marcha de los visigodos de la Península en 418, en alianza con los romanos, el rey suevo Hermerico se dejó llevar por los deseos expansionistas y entró en conflicto con sus vecinos vándalos asdingos, los más cercanos.
Durante la invasión del territorio enemigo, Hermerico se enfrentó a las tropas de Gunderico rey vándalo, que consiguió rodearle en los montes Nerbasos (su localización es incierta, posiblemente situados en la comarca leonesa del Bierzo), y sólo la oportuna intervención romana salvó a los suevos de una grave derrota. Fue el comes Hispanorum Asterio quien al frente de un poderoso ejército romano levantó el asedio de las posiciones suevas y obligó al ejército vándalo a retirarse. No acabará aquí la campaña romana, pues Asterio acosará a los vándalos hasta obligarles a replegarse al sur, hacia Bracara Augusta donde esperaba su vicarius Maurocelo, que mandaba otro ejército para la ocasión, para interceptar a los asdingos y derrotarlos.
Durante veinte años los suevos conviven, tal vez en tensa paz, con los vándalos asdingos.
En el año 429 se tiene noticias de la primera expedición militar de los suevos, al mando de Hermigario, quien aprovechando que los vándalos se estaban preparando la invasión de África, saqueó la provincia Lusitania. Los vándalos reaccionaron atacando y destruyendo la expedición. Hermigario murió en su huida, en el río Guadiana, no lejos de Mérida.
En el año 430, después de que los vándalos hubiesen abandonado la península, es el propio rey Hermerico el que pasa a la acción, saqueando las partes medias de Gallaecia. La población hispano-romana no solo causaron bajas a los suevos, y resistieron sus embates desde los castros, sino que toman a su vez prisioneros de entre ellos, tal y como dice Hidacio: “El rey Hermerico, mientras saqueaba con sus hombres la zona central de Gallaecia, acosado por aquella población que había conservado los emplazamientos más fuertes y viendo que una parte de los suyos eran muertos y otros capturados, se vio obligado a restablecer el tratado de paz que había roto y devolver las familias que retenía“
Pero en el 431 la paz es rota por segunda vez. Y será el propio Hidacio, a la sazón obispo de Chaves, quien, a causa de los saqueos, encabeza una embajada ante el dux utriusque militiae Aecio, que se hallaba combatiendo a los francos. El imperio envía varios negociadores, pero la paz no será restaurada hasta el año 433, bajo intervención episcopal.
Tras tres años de enfrentamientos vuelve la paz a Gallaecia una paz que durará al menos otros cuatro, mientras Aecio combate en las Gallias contra borgoñones y visigodos, que habiendo roto su foedo, buscan expandirse hacia el Mediterráneo. Entre el año 437 y el 438 debe haber nuevos enfrentamientos, puesto que Roma envió embajadores, ese mismo año, Hermerico, vencido por la enfermedad que padecía desde unos meses antes, nombró heredero al trono a su hijo Requila o Rekhila (438-448).


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